Sugar dating (del inglés sugar [azúcar] y dating [quedar, tener una cita]) o sugaring[1]es un anglicismo y neologismo para hacer referencia a un tipo de relaciones pseudorománticas y transaccionales entre personas jóvenes (sugar baby, quien recibe el dinero o regalos) y otras de mayor edad (sugar daddy o sugar mommy), en las que las segundas proveen de una retribución económica u otro tipo de regalos a cambio de compañía y/o favores sexuales a las primeras,[2][3][4] o de una relación que se parezca al noviazgo.[5][6]
Se ha dicho en la prensa periódica que «no está muy lejos de ser una forma más de prostitución»[2] o que la «línea» que diferencia ambas actividades «es muy difusa».[3] Para los involucrados en el sugar dating, este tipo de relación podría suponer un intento de evitar el «estigma» de estar relacionados con la industria del sexo.[7] No todas las actividades dentro del sugar dating caerían dentro de la prostitución, pues también pueden darse dentro de ellas relaciones de amistad, compañía y/o "amor pragmático", por ejemplo.[8]
El sugar dating es particularmente popular en la comunidad de citas en línea, debido al fácil acceso a nichos y deseos específicos.[9] El término fue acuñado por la socialite estadounidense Alma de Bretteville Spreckels, quien se casó con Adolph B. Spreckels, un magnate de la industria azucarera, a quien llamaba «sugar daddy».[10]
El fenómeno de hombres poderosos utilizando su dinero para atraer a mujeres es antiguo. A finales del siglo XIX, en los Estados Unidos, en un fenómeno conocido como treating, mujeres con trabajos mal pagados recurrían a hombres para que les brindaran dinero a cambio de hacer de damas de compañía.[11]
Con el aumento de los costes en matrículas, recortes en becas y ayudas, así como las crecientes presiones de la deuda estudiantil, el sugar dating se ha vuelto frecuente entre estudiantes.[12] Investigaciones sugieren que existe un fenómeno creciente de estudiantes universitarias que trabajan en la industria del sexo para pagar su educación postsecundaria.[13] Debido a la naturaleza y estigmatización del trabajo sexual en esta población marginada y oculta, solo existe información limitada respecto al porcentaje de estudiantes que participan en este tipo de relaciones.[14] Aquellos que deciden participar en el sugar dating a menudo utilizan varios sitios web para entrar en contacto con estas personas. La membresía en un sitio en 2016 costaba 70 dólares al mes para sugar daddies o sugar mommies, pero era gratuita para sugar babies.[15]
Existe un debate sobre si esta práctica puede considerarse trabajo sexual, es decir, compra de atención íntima, sexual o de otro tipo.[16] En un artículo de la Deutsche Welle, el director ejecutivo del sitio de encuentros en línea SeekingArrangement negó que el sitio acogiera a prostitutas y a sus clientes, afirmando que «las escorts y sus clientes nunca son bienvenidos en nuestros sitios».[17]
En Malasia, el sugar dating es ilegal,[18] hasta el punto de que el director general de la empresa malasia de citas en línea Sugarbook fue detenido y la URL de su sitio web bloqueada por los proveedores de Internet de Malasia.[19][20]
El sugar dating ha sido calificado como la contrapartida moderna de las cortesanas,[21][22] «prostitutas, especialmente aquellas con clientes ricos o de clase alta».