San Narciso de Gerona

Grabado de San Narciso (siglo XVIII)
Información personal
Nacimiento s. III
Gerona
Fallecimiento 29 de octubre de 307
Gerona
Religión Catolicismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Sacerdote católico Ver y modificar los datos en Wikidata
Cargos ocupados Obispo Ver y modificar los datos en Wikidata
Información religiosa
Festividad 29 de octubre
Atributos moscas
Venerado en Iglesia católica
Patronazgo Gerona, Augsburgo, campesinos de Alguer (Cerdeña)

Narciso (en catalán: Narcís) fue un obispo de Gerunda (hoy Gerona), martirizado junto al diácono Félix en el siglo IV. Su vida aparece narrada en varios martirologios, como el de Usuardo y el de Equilino. Según estas fuentes (llenas de datos fabulosos y de contradicciones), Narciso nació en Gerunda en el seno de una familia noble de la ciudad. Convertido en predicador, él y su diácono Félix visitaron la región de los Alpes y Alemania. Se instaló en Augsburgo, donde convirtió a la prostituta Afra y otras mujeres de su burdel. De vuelta a Gerunda, ciudad de la que se le supone obispo,[1]​ fue martirizado junto a su diácono y a otros muchos fieles en el mismo lugar donde posteriormente se levantó la iglesia de San Félix.

Seguramente el Narciso de Augsburgo sea un santo distinto del de Gerona y su identificación se deba a la confusión de dos personajes homónimos.[2]

Capilla de San Narciso en la iglesia de San Félix (Gerona). En este altar se conserva la urna con los restos del santo.


Las leyendas de San Narciso.

Entre las leyendas que se le atribuyen al Santo, se encuentran:

El milagro de las moscas

San Narciso es conocido por el llamado milagro de las moscas, insectos que, además, constituyen su atributo iconográfico más reconocible.[2]​ En 1285, durante el asedio a Gerona de las tropas de Felipe III de Francia, del sepulcro del santo surgieron una multitud de moscas que atacaron a los soldados franceses que pretendían profanar su tumba y los hicieron huir, salvando a la ciudad del dominio extranjero.

Los teólogos de la Contrarreforma consideraron este episodio una simple leyenda y lo eliminaron de la hagiografía del santo.[2]

En el asedio que en el año 1285 el propio rey francés Felipe III el Atrevido puso en Gerona. Durante uno de los asaltos a la ciudad los franceses ocuparon la Colegiata y algunos de los guerreros profanaron el cuerpo del Santo arrastrándolo y arrojándolo a un estercolero, de donde lo recogió un humilde carpintero gerundense que se lo llevó a casa suya y lo puso en una caja que hizo para mejor guardarlo. Huelga decir cuál sería el asombro del buen menestral cuando vio salir de un agujero de la caja un numeroso enjambre de moscas de todos colores que emprendieron la dirección del campo francés donde con sus punzadas venenosas causaron una tan gran mortandad, que obligaron a la resto del ejército a levantar el asedio ante el gran daño que se había producido y del que resultó víctima incluso el propio rey francés (9).

Este milagro parece que se repitió en 1653 cuando la ciudad fue asediada por las tropas del general Pléssis Bellière y del mariscal de Hocquincourt, los gerundenses llevaron el sepulcro del Santo a la muralla, y todo el mundo vio salir enjambres de moscas que atacaban la caballería francesa y mataban a muchas bestias y hombres (10). En 1684, cuando el asedio del mariscal del Bellefonds, los Jurados hicieron extender acta de cómo fue vista en la mano del Santo una mosca verdosa, larguiruda y delgada, con una especie de listas bajo las alas. Y de nuevo en 1710, cuando los Jurados fueron a implorar protección para conjurar el peligro de un nuevo asedio, se animaron al ver cómo algunas moscas distintas de las corrientes habían aparecido en el algodón puesto en la herida de la rodilla; esto les dio confianza y ánimo, y en agradecimiento ordenaron funciones y ceremonias.

Por eso San Narciso se convirtió en el de "las moscas". A lo largo de la historia gerundense le plació manifestarse mediante estos insectos esgrimidos como un arma para dar firmeza a los gerundenses en los momentos críticos y de peligro.

Otra leyenda relacionada con las moscas dice que en 1653 estaba afincado en Valencia un francés de oficio carpintero el cual tenía como soltero un gerundense. A menudo el gabacho bromeaba con su dependiente hablándole de las moscas de San Narciso, y una vez que éste fue a Gerona a visitar a sus familiares, le pidió: "cuando vuelvas tráeme una mosca de las de San Narciso, pues deseo ver alguna, y me haré un recordatorio”. Accedió el gerundense a la impertinencia, y al ser de regreso recordó lo que maliciosamente le había pedido su patrón. Cogió la primera mosca que atrapó, la puso en una caña que tapó con un corcho, y la presentó a su amo. "Tenéis, aquí está la mosca de San Narciso", dijo el gerundense dándole el canuto. El francés le destapó, salió la mosca, fue picado en la mano y cayó como tocado por un rayo.

San Narciso fue nombrado oficialmente Protector y Patrón de Gerona en 1387 sustituyendo al que lo había sido hasta entonces, Sant Feliu. Cumplía sobradamente sus obligaciones de Patrón y Protector (11), probando que era celoso de su cargo, más por eso quería que su fiesta fuera religiosa y fielmente guardada por sus patrocinados y protegidos, y no permitía ninguna infracción. Era tradición que un panadero establecido en el Mercadal quiso trabajar la noche de su festividad, y vio cómo la pasta se le volvía de un rojo sangriento, y que no retomaba su color normal hasta que invocó al Santo prometiendo desagravarlo. Amades precisa que este flaquero tenía su establecimiento entre plaza del Mercadal y la del Molí. Y no sólo en la ciudad, sino también en el obispado, como lo pone de manifiesto otro hecho acaecido un 29 de octubre en la villa de Perelada, en la que un molinero que quiso moler en tal día vio cómo el trigo se convertía en sarradina; cuando se comprobaron las muelas y el trigo hubo el convencimiento de que "aquello" no podía ser otra cosa que la manifestación del Santo que se empeñaba en no querer que se trabajara en su día y eso hizo que el obispo de Gerona decretara que en lo sucesivo la fiesta fuera observada en toda la diócesis.

"La huella de San Narciso" ("La petjada de Sant Narcís")

La historia nos cuenta que, a finales del año 304 de nuestra era, San Narciso llegó a Gerona con su diácono San Félix, y al principio del año 305 fijó Gerona como su residencia episcopal. Según la memoria popular, el santo obispo se instaló en una casa situada entre la calle de San Narciso, hoy calle del Pou Rodó, y la calle de las Mosques. En aquel tiempo, el cristianismo iba ganando adeptos, lo cual era visto por el imperio romano como una amenaza. El emperador Diocleciano ordenó la última gran persecución contra los cristianos, en la que acabaría sufriendo martirio San Narciso, junto con su diácono San Félix. A partir de los hechos históricos nace la leyenda: en una de estas persecuciones, San Narciso ideó una treta digna del mejor agente secreto para despistar a sus perseguidores. San Narciso huyó de la casa del Pou Rodó 5 saliendo por la ventana, pero se le ocurrió dejar una huella en el sentido inverso; es decir, como si entrara en la casa y no como si saliera de ella. Al llegar a la casa sus perseguidores, vieron la huella y, deduciendo que el santo se había escondido dentro, lo buscaron y lo rebuscaron por todos los rincones de la casa, dando tiempo a San Narciso a esconderse bien lejos. Desde entonces, la huella permaneció en el alféizar de aquella ventana de la casa del número cinco de la calle del Pou Rodó 5, en el centro mismo de la mitología gerundense, tal y como recoge Joan Amades, en 1952, en su Costumari català.

A día de hoy se encuentra una escultura que hace honor a la huella a pocos pasos de la puerta frontal de la Basílica de San Félix en la esquina de la calle de las Moscas y la Calle del Pou Rodó, (antiguamente la calle de San Narcíso). actualmente la obra contiene la leyenda "toca la petjada de Sant Narcís i te'n sortirás" que quiere decir, toca la huella de San Narciso y saldrás de tus problemas.

Estatua de la huella de Sant Narcis

La estatua que se encuentra en el barrio antiguo de la ciudad de Gerona, hace referencia a la leyenda de la huella de San Narcíso, en la estatua está la frase que dice "toca la petjada de Sant Narcís i t'en sortiràs" que quiere decir que al tocar la huella de San Narcís podrás escapar de problemáticas en las que te encuentres, fue diseñada por Aleix Adam en 2014 para Gallery Legends y esculpida por Gerard Roca en 2015. Para conocer más detalles de la estatua pase a la página de la Estatua de la huella de San Narciso

La casa de San Narcíso de Gerona

El edificio en la calle Portal de la Barca 4, Carrer del Pou rodo 5 y calle de las Mosques, se le atribuye a la vivienda del antiguo San Narcíso, la calle del Pou rodó, antiguamente llamada Carrer de Sant Narcís, por hacer referencia al lugar donde el santo vivía y donde se le atribuían sus milagros, en la Casa se encuentra uno de los pozos más antiguos de las zonas externas de la muralla, zona en la que antiguamente los pobres habitaban ya que solía ser la zona desde donde se realizaba el asedio y defensa de la ciudad en las numerosas ocasiones que la ciudad de Gerona fue atacada. La casa actualmente es el Hotel Museu Llegendes de Gerona, que mantiene una colección de obras y esculturas tributo a Salvador Dalí debido a la fascinación del mismo con San Narciso.

Historia crítica

Un primer análisis histórico crítico sobre san Narciso de Gerona nace a partir de las actas del martirio de Santa Afra de Augsburgo. Lo hace el historiador y paleógrafo Manuel Mundó, Anscari, en el artículo La autenticidad del sermón de Oliba sobre San Narciso de Gerona, publicado en los Anales del Instituto de Estudios Gerundenses, en 1974. Santa Afra ya tenía unas actas de martirio en el siglo VII. En tiempos de Carlomagno se añadieron textos complementarios en los que aparecía san Narciso, su diácono Félix y la conversión de la santa. Mundó apuntó a una posible intención politicorreligiosa, para establecer, por medio del obispo Narciso, un nexo unificador entre las sedes episcopales de las marcas más alejadas del imperio francoː Augsburgo y Gerona. A principios del siglo XI, la popularidad de san Narciso va creciendo y acabará sustituyendo al santo patrón de Gerona antes de la invasión de los francos, San Félix de Gerona, quien vino de África con San Cucufato, y que sufrió el martirio en 304 en la ciudad de Gerona.

Festividad y patronazgo

Su festividad se celebra el 29 de octubre.

Es el patrono de las ciudades de Augsburgo y de Gerona. En esta última, se celebran en su honor las fiestas mayores de la ciudad y su comarca.

Bibliografía

Notas

  1. La Sagrada Congregacion de Ritos lo puso en duda en 1628, según FUENTE (1873) pág. 125.
  2. a b c RÉAU (1997) p. 419.
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Notas

(1) - Propiamente, el verdadero nombre del santo obispo no era Narciso sino Arciso. Ahora bien, este nombre, por prótesis, como los de Elm, Hou y otros, se convirtió en Narciso, como los otros en Tel, Tou, etc.

(2) - Con esta escapada se relaciona una antiquísima tradición gerundense. La que el Santo había vivido en la casa número 5 de la calle de Sant Narcís, en la que se abrió una capillita, donde en el ámpito de la ventana estaba marcada la huella del Santo, pero en dirección contraria a la que tomó cuando se hizo escápulo de sus perseguidores.

(3) - La fecha del hallazgo fue la de un 27 de septiembre de no se sabe qué año.

(4) - Toda ella es de mármol jaspeado en blanco y negro. Dicen de una vez que un viejo pastor que hacía apacentar el rebaño por la montaña de Sant Miquel, vio algo que lucía en gran medida a los rayos del sol. Se acercó curioso y se sorprendió al encontrarse con una piedra de grandes dimensiones. Lo explicó a los conocidos, y ante la sorpresa de todos se descubrió una cantera de mármol del más fino. Como entonces ya se habían empezado las obras de la nueva capilla de San Narciso, se ordenó utilizar aquel mármol del que pronto empezó la extracción. La veta parecía inagotable. Cuando la capilla fue terminada, no fue posible encontrar ni un trozo más de mármol. En vano se buscó por toda la montaña. Nunca más se ha encontrado mármol ni ojos han visto lucir nuevas piedras en esa montaña prodigiosa.

(5) - Cuando el asedio de 1684 por Bellefonds la protección del Santo se manifestó con unas lucecitas que recorrían el tejado y la bóveda de la iglesia con la particularidad de que en la noche del 22 de mayo apareció otra luz a la vuelta de la capilla del Santo y después en el altar. Aquellas luces se repitieron los días 23 y 24, y volvieron a salir antes de empezar el combate que en ese día dio la victoria a los gerundenses. Siete banderas francesas que fueron encontradas en el suelo se convirtieron en trofeo del Santo. El 19 de julio de dicho año, el Duque de Bournonville, virrey de Cataluña, vino a Gerona con su corte para asistir a la solemne consagración de San Narciso como vencedor en la victoria obtenida contra los franceses de Luis XIV. Con fecha 2 de febrero de 1685, con motivo de esta victoria, el rey dictó una R.C. comisionando al obispo de Gerona para que hiciera ofrenda al Santo de una lámpara de plata de 954 onzas, lo que se hizo ceremonialmente el día 23 de mayo; lámpara y banderas se las llevaron los franceses imperiales en 1809. Y en el concilio celebrado en Tarragona el 6 de mayo del mismo año, en agradecimiento al Santo se decretó que el 29 de octubre no sólo fuera considerado día de precepto para oír misa en el obispado de Gerona, sino en toda Cataluña.

(6) - V. Domènech: "Historia General de los Santos del Principado de Cataluña". Gerona. 1630.

(7) - La fecha del 18 de marzo de 307 es la que da dicho Martirologio. En cambio se ha escrito que en su primer sepulcro se encontró un pergamino donde constaba que el Santo y 360 de sus diocesanos fueron occitos en el año 297. Volver al texto (8) - Esta disposición fue dictada el 24 de junio de 1601.

(9) - Desclot es el primer historiador que menciona el milagro de las moscas, comparando el hecho con las plagas de Egipto, y dice que los insectos eran grandes como la uña; en 1290, el autor del "Gesta Comitum" repite la idea de Desclot diciendo que eran grandes como bellotas y señala por primera vez los colores de las moscas, que en parte eran morado oscuro, en parte verdes, y en algún punto rojas; en 1334 el siciliano Speciale atribuye el milagro a San Narciso y dice que las moscas salieron de su sepulcro; Pedro Tomich, el principal inventor e introductor de las fábulas en la historia, hace las moscas blancas y dice que salieron de la nariz del Santo; Bernat Boades coloreó las moscas de azul, blanco, verde, negro y rojo y también las saca de la nariz del Santo; Carbonell las hace azules y verdes, y los siguientes historiadores, como Menescal, el P. Relles y el P. Roig, van siguiendo sus antecesores, acumulando fantasías. El párroco de Vallfogona, cuando en 1621 hizo en Gerona la oración fúnebre de Felipe III, entre otras cosas dijo: "Gerona es célebre en todo el mundo por el milagro de las moscas en tiempos del Rey en Pedro, que saliendo del sepulcro de San Narciso, hicieron tal estrago en el ejército francés, que las moscas parecían soldados y los soldados moscas". (Bib. Prov. D. 65. Col. Sermones, núm. 6). Históricamente se sabe que una epidemia diezmó al ejército francés que invadió Cataluña mientras estaba asediando a Gerona. Un documento de 1336 no dice ni una sola palabra de la mutilación del cuerpo del Santo ni del milagro de las moscas. Tampoco dice nada la lápida conmemorativa del asedio de 1285 (hoy en el Museu del Galligans). Y la acreditada obra "Grandezas de España" de En Medina, realizada en 1566, dice (cap. CLV, fol. CLXIII) que a resultas de haber sido deshecha la flota francesa por la catalana de Roger de Llúria en aguas ampurdanesas , carecieron víveres en el ejército francés, que a tanto llegaron las privaciones del acosador que murieron muchos hombres y animales, y que del fetor de los muertos se convirtió en una gran epidemia que forzó a levantar el asedio de la ciudad de Gerona .

(10) - "España Sagrada", XLIII, llanuras 317 y siguientes. Volver al texto (11) - A San Narciso se le han atribuido las siguientes victorias: de Clayrà, en el Rosellón, en 1496; de Salses, también en el Rosellón, en 1503; la de 1675 en la que los franceses del duque de Schömberg levantaron inesperadamente el asedio de la ciudad, y la del 20 de junio de 1808, en la que de la misma manera lo hicieron los napoleónicos del general Duhesme, y fue entonces cuando los gerundenses entusiasmados con su Protector le proclamaron generalísimo.