La ayuda inglesa fue una teoría conspirativa que explicaba las causas y resultados de Guerra del Pacífico por medio de una participación del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda a favor de Chile. La teoría tomó a lo largo de los años diferentes formas que apuntaban a una ayuda militar y/o económica y/o diplomática de parte del gobierno británico y/o del capitalismo británico y/o de súbditos británicos, con y sin ayuda del sionismo, con diferente intensidad, tanto en Chile como en Perú, Bolivia y otros países.[1][2][3][4][5][6]
Fue elaborada por primera vez en 1881 por el Secretario de Estado de los Estados Unidos James G. Blaine, quien abogaba por la exclusión del Reino Unido de los mercados latinoamericanos a favor de la industria estadounidense.
Finalmente, el historiador marxista británico Victor Kiernan, tras un análisis detallado de los hechos y de los archivos del Foreign Office de la época, desmanteló el armazón de la teoría.
Ninguno de los primeros historiadores de la guerra mencionó una intervención británica en la guerra a favor de Chile. Ni quienes escribieron una visión pro-aliada, como Mariano Paz Soldán[7]: 63 en su Narración histórica de la guerra de Chile contra Perú y Bolivia (1884), ni Tomás Caivano[7]: 63 en Historia de la guerra de América entre Chile, Perú y Bolivia (1882), ni el boliviano Alcides Arguedas[7]: 63 en su obra Historia General de Bolivia (1922). Tampoco los chilenos Benjamín Vicuña Mackenna[7]: 63 en Historia de la Guerra del Pacífico (1881), ni Gonzalo Bulnes[7]: 63 en Guerra del Pacífico (1911) o Francisco Machuca[7]: 63 en Historia militar de la Guerra del Pacífico (1926) mencionan una participación británica a favor de Chile.[7]: 63 Tampoco Andrés Avelino Cáceres, cuando entre 1882-1886 analiza las causas de la derrota en la guerra, menciona una injerencia británica.[8]: 101 Al contrario, todos los historiadores peruanos aseguran que la Real Armada británica estaba dispuesta a hundir la Flota chilena para impedir la destrucción de Lima en enero de 1881.
A fines del siglo XIX, tras el fin de la Guerra de Secesión (1861-1865), la pujante industria de los Estados Unidos de América buscaba nuevos mercados para vender sus productos. Sin embargo, América Latina, el patio trasero[9] de los EE. UU., que según la Doctrina Monroe debía ser el comprador natural de sus productos, era abastecido principalmente por Gran Bretaña y Francia y en mucha menor medida por los Estados Unidos. En un memorándum de mayo de 1881 el ministro plenipotenciario de los EE. UU. en Lima, Isaac Christiancy, aconsejaba a Blaine que para controlar el comercio de Perú y la costa del Pacífico, los EE.UU. debían intervenir en la región e imponer la paz. Sugirió además hacer de Perú un protectorado estadounidense.[10]: 62 Blaine buscaba cimentar la expansión de su país y reducir el dominio comercial británico en América. En realidad, Gran Bretaña no estaba especialmente interesada en las conquistas chilenas durante la guerra, pero Blaine prefirió la imagen de una Inglaterra agresiva, que se ajustaba mejor a sus planes de expansión estadounidense en América Latina.[11]
En el marco de esa búsqueda y competencia por los mercados en general y de sus intereses privados,[notas 2] fue que el secretario de estado James G. Blaine hizo varias declaraciones para justificar una intervención de los EE. UU. que protegiese los intereses de los exportadores nacionales.
Blaine declaró a un periódico que es un error hablar de una guerra entre Chile y Perú. Es una guerra de Inglaterra contra Perú, y Chile el instrumento. ... Chile nunca habría ido una pulgada en esta guerra sin el repaldo del capital inglés y nada ha sido tan burdo en el mundo como cuando se repartieron el botín y los despojos.[10]: 62 Posteriormente, el 30 de enero de 1882, en el New York Herald ahondó más en el tema, agregando que La simpatía inglesa estuvo a su lado [de Chile] en cada conquista, y los intereses comerciales ingleses reciben un tremendo impulso con el engrandecimiento de Chile. Yo creo que este resultado de la guerra peruano-chilena, destruye la influencia estadounidense en la costa del Pacífico Sur y literalmente arrasa con los intereses comerciales americanos en esta vasta región.[10]: 62
Blaine fue acusado de corrupción,[10]: 109 de ser excesivamente partidista[12] en sus apreciaciones e inexperto en relaciones exteriores al comienzo de su trabajo como secretario de estado.[10]: 73
El historiador peruano Jorge Basadre reconoce que no hay prueba de alguna participación del gobierno británico a favor de Chile antes o durante la guerra. Sin embargo, Basadre reinterpreta algunos hechos presentados (o según él omitidos) por Kiernan, como comentarios personales o editoriales, los éxitos de la propaganda chilena en Europa, la desconfianza europea debido a las deudas peruanas impagas, la falta de apoyo británico a la injerencia norteamericana en la guerra, y la facilidad con que Chile obtenía préstamos en Europa, etc. para sostener que no fue el gobierno sino el capitalismo inglés ayudó y sostuvo a Chile en la guerra contra el Perú.[13]
Sobre Blaine escribe Basadre que Cualesquiera que hubiesen sido los móviles de Blaine en su política en relación con la guerra entre el Perú y Chile, lo cierto es que invocó en todo momento limpios principios de derecho,[14] a pesar de que Blaine fue acusado en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos de haber impedido un tratado de paz entre Perú y Chile hasta que Perú reconociese una fantasiosa deuda a favor de un privado norteamericano.[notas 3]
Según Rafael Mellafe, fue la apremiante necesidad de la clase dirigente peruana de justificar el ingreso a la guerra y explicar las causas de la derrota, lo que la llevó en torno a 1899 a servirse del mito creado por J. G. Blaine para soslayar su responsabilidad en el ingreso y en los resultados de la guerra, asegurando que Perú había sido derrotado no por Chile sino por la principal potencia mundial de la época, Gran Bretaña.[7]: 79
El juicio histórico a la teoría ha sido contundente. Los historiadores, ampliamente, han identificado la teoría como conspirativa.
El año 1955 el historiador marxista británico Victor Kiernan publicó un detallado estudio basado en documentos de la época, en particular en los documentos del ministerio de relaciones exteriores de Gran Bretaña titulado Foreign Interests in the War of the Pacific (inglés por Intereses foráneos en la Guerra del Pacífico)[15] En su publicación, Kiernan consigna varios hechos históricos, entre otros, como que inicialmente el resultado de la guerra era incierto(p.36), que los intereses financieros británicos eran mucho mayores en Perú que en Chile, que los intereses de los capitalistas chilenos del salitre eran contrarios a los de los capitalistas ingleses en el Perú: que deseaban obligar a los chilenos a reducir su producción y ellos agraciarse con el gobierno peruano dejándole la producción del salitre y quedarse ellos con el monopolio de la venta del salitre peruano en Europa, que nunca el ministerio de relaciones exteriores británico tuvo planes de intervención en la guerra. Como conclusión de su investigación, Kiernan da una sentencia lapidaria a la teoría conspirativa:[15]: 36
(Traducción)
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(Original en inglés)
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Victor Kiernan, Intereses foráneos en la Guerra del Pacífico, pág. 36 |
Rory Miller aprueba la investigación de Kiernan y sostiene que ni el estado británico ni intereses económicos británicos impulsaron o influenciaron la guerra, menos aún en circunstancias que su resultado en abril de 1879 era totalmente incierto.[16]
El politólogo Bruce St John señala al respecto:[17]
(Traducción)
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(Original en inglés)
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Bruce St John, Foreign Policy of Peru, pág. 111 |
David Healy es más explícito aún:[10]: 63
(Traducción)
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(Original en inglés)
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David Healy, James G. Blaine and Latin America, pág. 63 |
El historiador peruano Hugo Pereyra P. se refiere a la teoría como "la supuesta injerencia británica". El historiador Heraclio Bonilla, también peruano, analiza exhaustivamente en su obra Un siglo a la deriva los intereses franceses, estadounidenses, británicos, privados y estatales, financieros y políticos en el conflicto. Su juicio sobre la teoría lo podemos reflejar en sus siguientes comentarios: