Un trol (del nórdico troll) es un temible miembro de una mítica raza antropomorfa del folclore escandinavo. Su papel en los mitos cambia desde gigantes diabólicos —similares a los ogros de los cuentos de hadas ingleses— hasta taimados salvajes más parecidos a hombres que viven bajo tierra en las colinas o montículos, inclinados al robo y el rapto de humanos que, en el caso de los infantes, eran sustituidos por niños cambiados. También se les puede llamar «gente de la colina» o «del montículo». En los cuentos de las islas Shetland y Orcadas, los troles son llamados trowes.
La literatura, el arte y la música nórdica de la época romántica en adelante ha adaptado los troles de diversas formas; a menudo con la forma de una raza aborigen, dotados de enormes orejas y narices. Desde aquí, así como desde cuentos de hadas escandinavos como El gruñido de los tres chivos, los troles han alcanzado reconocimiento internacional y, en la literatura fantástica y los juegos de rol modernos, aparecen hasta el extremo de ser personajes tipo.
Edvard Grieg, el más importante compositor noruego del siglo XIX, escribió varias piezas sobre los troles, incluyendo una partitura basada en el Peer Gynt de Henrik Ibsen, la famosa En la gruta del rey de la montaña y la Marcha de los troles. Sobre sus motivaciones, Grieg escribió: «Lo peculiar en la vida fue lo que hizo salvaje y loco... poder enano y salvajismo indomable... fantasía bizarra y audaz.» El antiguo hogar de Grieg, Troldhaugen («la colina del trol») es hoy un museo.
Como Grieg, el director Johan Halvorsen era un compositor nacionalista noruego. Escribió La princesa y el trol gigante, Los troles entran en la montaña azul y la Danza de los troles pequeños.
Geirr Tveitt fue fuertemente influenciado por el romanticismo de Grieg y su exploración cultural del folclore escandinavo y la música tradicional noruega. Las Canciones trol de Tveitt incluyen obras tales como El violinista trol enfadado y El chico con el tesoro trol. El 80% de las obras de Tveitt se perdió trágicamente en un incendio.
En la literatura infantil sueca, los troles no son malos por naturaleza, sino primitivos e incomprendidos. Sus fechorías se deben a una combinación de rasgos humanos básicos y comunes, como la envidia, el orgullo, la avaricia, la ingenuidad, la ignorancia y la estupidez. En algunos de los cuentos de hadas escritos por Elsa Beskow a principios del siglo XX, los troles se muestran también como una raza autóctona de cazadores y recolectores que huyen de la civilización invasora humana. Donde los hombres hacen una carretera, los troles desaparecen.
Los niños escandinavos pequeños suelen entender el concepto de los troles, y una manera de habituarles a cepillarse los dientes es decirles que se deshagan de los pequeñísimos «troles de los dientes» que de otra forma harían agujeros en ellos. Es este un recurso pedagógico usado para explicar las bacterias por el autor noruego Torbjørn Egner en su historia Karius og Baktus.
La autora sueco-finlandesa Tove Jansson ha alcanzado fama mundial con sus Moomintrolls.
En el género de la paleoficción, el prestigioso paleontólogo finés Björn Kurtén ha jugado con la teoría (por ejemplo, en La danza del tigre) de que los troles sean un lejano recuerdo de un encuentro con los neandertales de nuestros ancestros los cromagnones hace unos 40.000 años, durante su migración hacia el norte de Europa. El paleoantropólogo español Juan Luis Arsuaga proporciona pruebas de estos tipos de encuentros en su libro El collar del neandertal. La teoría de que los neandertales y los cromagnones ocupasen la misma zona de Europa en la misma época histórica ha sido corroborada por pruebas fósiles. Los neandertales bien pueden haber sobrevivido en épocas históricas y puede que se les recuerde como troles, pero hay pocas evidencias a favor de esta teoría. Otros investigadores creen que las historias sobre troles pueden referirse simplemente a tribus vecinas.
Hay cierta especulación sobre si la famosa historia Rumpelstiltskin surgió a partir de un cuento popular sobre troles que guarda muchas similitudes. Aunque la historia original del trol incluye a un predicador que contrata a un trol para construir una iglesia en lugar de una mujer que necesita hilar paja en otro, el elemento central de un pacto que debe ser satisfecho adivinando el nombre de la otra parte, y la subsiguiente muerte del trol o ser cuyo nombre es adivinado resulta central en ambas historias.
Los cuentos populares escandinavos relacionados con los troles como El gruñido de los tres chivos son conocidos en otras culturas europeas y de ascendencia europea. En los Estados Unidos, Canadá y el norte de México, la antigua creencia en los troles ha sido sustituida en la actualidad por la creencia en el Pie grande y el Chupacabras. Muchas estatuas de troles adornan el distrito de negocios del centro de Mount Horeb, Wisconsin, lo que ha hecho que la ciudad sea llamada The Troll Capital. También hay un barrio en la parte noreste de Fargo, Dakota del Norte, llamado Trollwood.
En la Tierra Media de J. R. R. Tolkien, los troles son humanoides muy grandes (de cerca de 3 metros de alto), inmensamente fuertes y de poca inteligencia. Fueron creados por el Nigromante en las mazmorras de Utumno, con el fin de servir a su señor. Bastante tiempo más tarde, durante la Guerra del Anillo, fueron mejorados por Sauron. Se dividen en varios tipos: troles de las colinas, de las montañas, de las nieves, de las cuevas y de piedra (que se petrifican cuando les da la luz del sol). Aunque se describen muchos de los distintos tipos, los únicos con los que se encuentran los personajes son tres troles de las colinas (por parte de Bilbo) y un troll de las cavernas por la Comunidad en Moria.
En los libros del Mundodisco de Terry Pratchett, los troles son grandes criaturas compuestas de roca que se alimentan también de ésta. Tienen una tendencia cultural hacia la violencia, y su inteligencia es inversamente proporcional a la temperatura, haciéndoles bastante estúpidos en climas templados. Su tamaño aumenta con la edad, desde guijarros hasta montañas. Arrastran la mala fama de comerse a la gente, pero este estereotipo es falso, pues son incapaces de digerir nada que no sea roca (sin embargo, algunos troles de las regiones montañosas de Uberwald no han empezado a comprender este hecho). Prestan sin embargo especial atención a evitar reducir humanos a pulpa sin querer para poder ser socialmente aceptados. El bar El Tambor Remendado tiene contratado troles como personal de seguridad. Se les llama «salpicadores» porque, como puede deducirse de las implicaciones de un ser silíceo rebotando contra un humano, los troles no son muy buenos «rebotadores». Los yetis son una subespecia de trol que viven en zonas montañosas y que hila su lana de roca (aunque solo ellos saben exactamente cómo). Los yetis del Mundodisco pueden «salvar» sus vidas si creen que va a haber algún tipo de peligro, procediendo entonces con la tranquila seguridad de que si mueren, volverán al punto salvado y harán todo de nuevo, excepto porque «esta vez no será tan estúpido». Esto se describe como una especie de premonición retroactiva.
En el mundo de Harry Potter, los troles son monstruos gigantes que matan todo lo que encuentran. En Harry Potter y la piedra filosofal, Harry y Ron Weasley salvan a Hermione Granger de un trol de las montañas adulto. En la película el trol fue animado por computadora. Hay algunas otras menciones más a los troles; por ejemplo, se rumorea que la escoba que Dolores Umbridge «confiscó» a Harry era custodiada por troles. Los «troles de seguridad» son también mencionados en varios lugares: aparentemente pueden ser contratados como guardias.
En la serie Artemis Fowl, los troles son la mayor de las razas de hadas. Son monstruos peludos de inmensa fuerza y poca o ninguna inteligencia. Luchan con un par de colmillos o con garras retráctiles venenosas en cada «mano». El veneno hace que la víctima entre en una euforia, paralizándola y perdiendo la consciencia.
En el libro de fantasía Jarkeq de Vharga y el Wyvern de la Verdad aparecen diferentes tipos de trol, como el trol de cristal o el trol de ajedrez. Curiosamente, en la propia historia se cuenta que más de una criatura es llamada trol de forma equivocada por la apatía a la hora de clasificar los diferentes seres que pueblan el mundo de la novela.
En el libro La historia interminable, de Michael Ende, los troles son criaturas con forma de árbol, análogas a los ents de Tolkien.
El universo literario creado por Melissa de la Cruz en las novelas de los Sangre Azul y La Familia Beauchamp (Las Brujas de East End), los Troles son descritos como criaturas humanoides que se encargan de proteger la entrada al Infierno.
También hay una película nórdica titulada Trolljegeren (The Troll Hunter), de 2010, escrita y dirigida por André Øvredal. En 2018 se presentó una nueva película sobre el tema, Gräns (Border), un drama fantástico que ganó el premio “Un certain regard” al mejor director, en el Festival de Cine de Cannes de 2018 y estuvo nominada al Óscar 2019 al mejor maquillaje y peluquería. Dirigida por el danés de origen iraní Allí Abbasi, se trata de una coproducción entre Suecia y Dinamarca.
Dentro del género musical heavy metal de la escena escandinava y en menor medida en la eslava, son muy comunes las bandas que hablan sobre troles, duendes y otras criaturas o temas relacionados con la mitología nórdica; principalmente en subgéneros como el folk metal, celtic metal, viking metal y black metal. Bandas como Finntroll, Faanefjell, Aktarum o Nogroth, entre otras, son claros ejemplos de esto. Algunas de estas bandas han denominado al estilo "troll metal", cómo un subgénero asociado al black metal, viking metal o metal pagano o una fusión específica de géneros extremos del metal y la música folk escandinava con ciertos patrones que dan una sonoridad épica o fantástica y algo oscura.
En la famosa franquicia de videojuegos Warcraft, los troles son criaturas delgadas y altas, y con una piel de colores entre azulado, verdoso y violáceo. Aunque hay mucha variedad, son por lo general una civilización selvática, salvaje y tribal inspirada en las culturas mesoamericanas y jamaicanas.