Zamarramala | ||
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localidad y barrio | ||
Zamarramala desde la A-601 | ||
Ubicación de Zamarramala en España | ||
Ubicación de Zamarramala en la provincia de Segovia | ||
País | España | |
• Com. autónoma | Castilla y León | |
• Provincia | Segovia | |
• Municipio | Segovia | |
Ubicación | 40°57′57″N 4°08′05″O / 40.965833333333, -4.1347222222222 | |
• Altitud | 1000 m | |
Población | 577 hab. (INE 2022) | |
Código postal | 40196 | |
Zamarramala es una localidad perteneciente al municipio de Segovia, comunidad autónoma de Castilla y León, España.
Destaca el mirador desde el que puede ser vista Segovia. En el pasado, contaba con ayuntamiento propio, pero pasó a formar parte del municipio segoviano el 17 de septiembre de 1971.[1]
Por la localidad trascurre el Camino de San Frutos, en la primera etapa de su itinerario principal.[2][3] Además del Camino de Santiago de Madrid.[4]
Es conocida esta localidad por la fiesta de Las Águedas (5 de febrero), una de las más antiguas de España, de la que se tiene constancia desde 1227, y en la que se recuerda el valor de las mujeres zamarriegas que según la leyenda habrían ayudado a reconquistar el alcázar de Segovia, tomado por los sarracenos. En esta Fiesta se elige a dos "alcaldesas" que gobiernan el pueblo durante dos días. La participación es mayoritariamente femenina.[5][6]
Desarrollo de la Fiesta
Es una fiesta declarada de interés turístico nacional. Se celebra el domingo siguiente al 5 de febrero. Durante este día las mujeres son las que mandan en el pueblo, lo cual ocurre sólo una vez al año. Comienza la fiesta cuando el cura va a buscar a las Alcaldesas a su casa dando lugar a una pequeña procesión con bailes hasta la iglesia, donde irán a buscar a la Santa para pasearla por todo el pueblo. Durante esta gran procesión, las Águedas van bailando hasta la salida del pueblo, justo en frente del alcázar, y como las antiguas zamarriegas se ponen a bailar conmemorando el momento en el que llamaban la atención de los moros. Se vuelve a la iglesia, con música de los dulzaineros y el baile de las mujeres. Se da la misa y a continuación el pregonero anuncia los premios de "Matahombres de oro"[7][8][9] y "Home bueno e leal"[10][11]. Como fin de la fiesta se quema un pelele, un muñeco de paja símbolo del hombre, que es ridiculizado con versos por una coplera del lugar.[12][13] Se da paso, entonces, al pinchoteo de chorizos, cocido y vino, que se pueden adquirir en cualquiera de los puestos habilitados en la plaza junto a la iglesia.