Un holocausto (del griego ὁλόκαυστον holókauston, de ὁλον ‘completamente’ y καυστον ‘quemado’) es, en el ámbito religioso, el sacrificio de animales, cuyo cuerpo es completamente consumido por el fuego como ofrenda a las divinidades (a diferencia de otros sacrificios como el moirocausto,[1] en el que una parte de la víctima es quemada y otra parte consumida como alimento).
En los ritos religiosos pagano griegos y romanos, a los dioses de la tierra y el inframundo se les ofrecían animales oscuros o dorados, sacrificados de noche y quemados por completo.
En algunos de los sacrificios judíos especificados por la Torá, la ofrenda se quemaba completamente. Estas ofrendas se conocen en hebreo como oláh, término que significa "ascendente".[2] En la Septuaginta dicho término fue traducido como holókauston. Actualmente algunas traducciones de la Biblia recogen aquella palabra como «holocausto»; otras la traducen como «ofrenda ígnea».
A mediados del siglo XIX la palabra empezó a ser usada por un gran número de autores para aludir a grandes catástrofes y masacres.
En el siglo XX el término ha sido utilizado para referirse al Holocausto judío -exterminio de la población judía europea por la Alemania nazi de Adolf Hitler -proyecto de Solución Final del Tercer Reich nazi.